TIPS PARA CUIDADO DE PLANTAS EN MACETAS

TIPS PARA CUIDADO DE PLANTAS EN MACETAS

Llena la maceta con el sustrato correcto y cuídalo periódicamente

Una mezcla ecológica de suelo de buena calidad les garantizará a tus plantas, desde un principio, condiciones adecuadas para desarrollarse sanamente. Piensa en tierra, suelta, poco arcillosa, rica en nutrientes y que drene bien, pero retenga la humedad para que las plantas se nutran. Mézclala a partes iguales con compost orgánico y, sí es necesario, agrega hidrogel para optimizar el suministro de agua a la zona radicular.

Ten presente que la tierra de tus macetas debe ser renovada periódicamente y cuidada como es debido. Remuévela de vez en cuando para que no se apelmace y no obstaculice el paso de humedad a toda la zona radicular de las plantas. Además, no olvides nutrir el sustrato con compost orgánico e, incluso, con barritas de abono para jardinería.

Elige las plantas adecuadas

No todas las plantas se adaptan a vivir en contenedores. A la hora de comprarlas, asegúrate de que lo que llevas a casa no tendrá ningún problema para crecer entre una maceta. Piensa en flores, pequeños árboles frutales y arbustos, pero no dejes nunca de informarte sobre el tema.

Alimenta las plantas regularmente

Las plantas necesitan de nutrientes para crecer. Al momento de sembrarlas en las macetas, agrega fertilizante granular en razón de 2 cucharadas por envase de 19 litros (o según lo recomiende el fabricante). Cuando estén un poco más crecidas puedes empezar a usar un fertilizante orgánico líquido cada dos o tres semanas.

Actualizar el equipo

Piensa en la posibilidad de implementar recipientes de riego automático. Estos poseen un depósito de agua camuflado en sus paredes dobles que les suministra a las raíces de las plantas el líquido a medida que la requieren. El tiempo de duración del líquido dentro del sistema varía en función del tipo de maceta, de la planta y de la temperatura, pero en cualquier caso te garantizará unas cuantas semanas sin regar, con la completa seguridad de que no les hace falta agua ni una gota y de que la zona radicular no corre el riesgo de pudrirse por exceso de humedad.

Para facilitar las tareas de mantenimiento, el tamaño de las palas, tijeras y demás instrumental de jardinería debe ser acorde al volumen de las macetas.

Instala el riego por goteo

El sistema de riego por goteo te ahorrará tiempo y agua, especialmente en época de verano o sequía que es cuando las plantas exigen ser regadas hasta dos veces al día. Su instalación es de lo más sencillo, suministra una pequeña cantidad de agua directamente a las raíces de una planta y puedes conseguirlo fácilmente en el mercado.

Si no puedes instalar ni este sistema ni el anterior, riega tus macetas con la frecuencia que las plantas lo exijan. No olvides que la humedad adecuada es indispensable para que crezcan sanas y bellas. Un truco sencillo para saber si estas necesitan agua o no consiste en introducir el dedo en el sustrato, si este no se embarra y solo se empolva, debes agregar líquido de inmediato. Igual, si el contenedor se encharca debes drenar rápidamente para evitar que las raíces se pudran.

Acomoda las macetas en el lugar indicado 

Asegúrate de ubicar cada uno de los contenedores en un lugar donde la planta tenga, en función de su especie, la cantidad de luz que necesita para vivir en óptimas condiciones. Considera que algunas especies se desarrollan mejor con la luz indirecta, otras precisan recibir directamente los rayos del sol, otras tienen suficiente con la luz de la mañana y en la tarde prefieren estar a la sombra. Asesórate muy bien al respecto antes de comprar cada mata y de decidir dónde colocarla.

Mantenimiento de las plantas

Las plantas sembradas en macetas también necesitan que retires periódicamente las hojas y flores secas. Además de verse feas y dar un aspecto triste, la debilitan y frenan su crecimiento. Poda lo que ya no tiene vida o se encuentra enfermo, cuidando no causar daño a los posibles nuevos brotes. Hacerlo solo te tomara unos cuantos minutos cada 8 o quince días.

En lo que respecta a la limpieza, pulveriza agua -preferiblemente lluvia- sobre las hojas polvorientas o límpialas con un paño húmedo.

De otra parte, verifica de vez en cuando la salud de tus plantas. Si encuentras rastro de hongos o plagas no dudes un solo segundo en aplicar plaguicida. Por supuesto, debes asesorarte bien antes de hacerlo para que te asegures de aplicar el producto indicado para eliminar por completo el mal.

Trasplanta con cuidado y solo si es necesario 

Lo ideal es que tus plantas vivan en las mismas macetas la mayor cantidad de tiempo posible. Pero si las raíces crecen demasiado y eso empieza a dificultar el desarrollo del individuo, no dudes en trasplantarlo a un contenedor más grande. Hazlo con mucho cuidado para no arruinarlo.

Protégelas en invierno

El invierno suele ser implacable con las plantas. Aprovecha que se encuentran en contendores y llévalas al garaje o cualquier otra zona cubierta donde puedas protegerlas del viento helado y la congelación de raíces. Si no puedes transportarlas, cúbrelas en las noches con plástico.